Emisiones de metano y método 21 de la EPA

Las emisiones globales de la industria de los combustibles fósiles han sido un tema polémico durante décadas, incluso en el caso del metano, también conocido como gas natural. En particular, las emisiones de metano en los Estados Unidos han sido difíciles de medir, lo que llevó a la EPA a introducir el Método 21. reciente aprobación de la Ley de Reducción de la Inflación, la legislación climática más importante en la historia de Estados Unidos, está atrayendo nueva atención hacia las emisiones. 

Históricamente, el Método 21 registra confiar en datos escasos, suposiciones incorrectas o ambas. Actualmente, los datos se recopilan mediante encuestas periódicas con drones, aeronaves, cámaras térmicas u otros métodos. A pesar de que los datos son incompletos, la Agencia de Protección Ambiental ha detectado un “incumplimiento generalizado de las normas de detección y reparación de fugas”.

Los expertos afirman que las disposiciones actuales de la Ley de Reducción de la Inflación acelerarán drásticamente la reducción de las emisiones en Estados Unidos. El objetivo es reducir las emisiones a la mitad para 2030 en comparación con los niveles de 2005. 

Dado el problema de las fugas de metano, el monitoreo continuo de las fugas puede ser la clave para reducir las emisiones de metano y reducir el calentamiento global, además de apoyar los objetivos de la legislación reciente.

¿Qué es el Método 21 de la EPA?

El método 21 fue introducido en 1981 por la EPA para exigir el uso de un analizador especializado de compuestos orgánicos volátiles (VOC) para determinar si hay fugas. El método 21 no está pensado para medir la tasa de emisión de estos potentes gases de efecto invernadero, sino para detectar fugas.

El usuario puede seleccionar cualquier analizador, siempre que cumpla Requisitos del método 21, que incluye:

  •         Portabilidad
  •         Contiene una bomba de muestra alimentada por batería.
  •         Certificado intrínsecamente seguro
  •         Tenga una sonda de muestra que no tenga más de 1/4 de pulgada de diámetro.

Si bien el método 21 intenta identificar las fuentes de emisiones de metano, muchos factores hacen que este tipo de detección de fugas sea ineficaz. En particular, los programas del método 21 son propensos a enfrentar desafíos importantes, incluido el tedioso y costoso proceso manual necesario para inspeccionar las fugas y la falta de monitoreo constante.

Por ejemplo, un estudio de caso realizado por el Centro Nacional de Cumplimiento de la EPA (NEIC) mostró auditorías y encontró que el porcentaje de fugas era, en promedio, cuatro veces más alto que el número reportado por las instalaciones. 

Estudios de casos y análisis adicionales respaldan la idea de que el número de fugas de metano en instalaciones de petróleo y gas es mucho mayor que las identificadas utilizando los requisitos del Método 21.

Además en un estudio de 2020 Se encontraron más de medio millón de fugas en los sistemas locales de distribución de gas en Estados Unidos, y la fuga de estos sistemas fue cinco veces mayor que la cantidad estimada por la EPA.

El impacto de las fugas de metano no detectadas

Lamentablemente, el hecho de que el método 21 no haya identificado correctamente las fugas ha contribuido a que los niveles de metano atmosférico sigan acumulándose. Estas fugas suponen un riesgo inmediato para la seguridad pública si provocan una explosión o un incendio.

El aumento de las emisiones de metano derivadas de las actividades humanas también contribuye al calentamiento global y al cambio climático. El metano atrapa más de ochenta veces más calor en la atmósfera que el dióxido de carbono y las emisiones de metano representan aproximadamente una cuarta parte del calentamiento global

Además, este potencial de calentamiento contribuye a fenómenos climáticos extremos más intensos y frecuentes, mayor inseguridad alimentaria, mayor riesgo de enfermedades infecciosas, menor acceso al agua potable y deterioro de la calidad del aire.

Desafortunadamente, a pesar de las regulaciones del Método 21, la frecuencia de fugas de gas significativas no ha disminuido significativamente desde 2010, a pesar del tiempo y el dinero que las compañías de gas y petróleo han gastado intentando abordar el problema de las fugas de metano.

Como resultado de la grave amenaza que representan las emisiones de metano, muchos países se han comprometido con el Compromiso Mundial sobre el Metano, que apunta a reducir las emisiones de metano en un 30% para 2030. Sin embargo, alcanzar este objetivo y reducir significativamente las emisiones de metano requerirá métodos de detección de fugas mejores que los previstos en el Método 21.

Sensor de gas metano de baja potencia y rango extendido MPS

De NevadaNano Sensor de gas metano de bajo consumo y rango extendido Molecular Property Spectrometer™ (MPS™) Está diseñado para la detección al aire libre de fugas de metano y gas natural en diversas aplicaciones. 

Es una opción de bajo costo que permite el monitoreo continuo de las fugas de metano, lo que va más allá de los requisitos del Método 21 y puede ser una herramienta clave para reducir las emisiones de metano.

Esta tecnología de detección de gas proporciona muchas características para el usuario, que incluyen:

  •         Compensación ambiental incorporada para una autocomprobación constante y un funcionamiento a prueba de fallas.
  •         Las lecturas del sensor se emiten en un bus digital estándar, que no requiere electrónica adicional.
  •         Resistencia inherente al veneno, asegurando que los usuarios puedan sentirse seguros en todas las lecturas.
  •         No se requiere calibración, lo que reduce el costo total de propiedad durante la vida útil del sensor.
  •          Con un Con una vida útil más larga que la mayoría de los otros sensores, el MPS puede durar y ser confiable durante cinco años o más.
  •         Necesidades de potencia muy bajas de aproximadamente 15 mW, en promedio.
  •         Certificación intrínsecamente segura (IS).

La realidad es que las emisiones de metano son uno de los contribuyentes más importantes al calentamiento global. Por lo tanto, reducir estas emisiones será imperativo en cualquier plan para cumplir con el Compromiso Global de Metano. 

El método 21 intenta identificar las fugas para que se puedan solucionar rápidamente, pero muchos de los métodos de monitoreo del método 21 aún tienen fallas. Además, la Ley de Reducción de la Inflación requerirá mejores esfuerzos de detección y mitigación de fugas. El sensor de gas metano de bajo consumo extendido MPS ofrece una mejor solución. Es una forma de monitorear continuamente las fugas de metano, reduciendo de manera efectiva las emisiones de metano.

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